Dra. Joyce

Mi primer papá fue el que me engendró.
El que, cuando me daban dolores de oído por infección, se quedaba amanecido conmigo. Me echaba las gotas mientras yo descansaba en su falda y se quedaba ahí, sobándome la cabecita hasta que el dolor pasaba.

Mi primer papá fue quien me enseñó a liderar, a administrar, a inspirar, a enseñar y a hablar en público. Fue él quien me llevó a la radio; yo lo acompañaba a sus programas radiales y tuve el privilegio de ver cómo era la radio antes de que fuera digital.

También me enseñó a valorar el tiempo en familia: a hacer pausas para disfrutar, para hacer turismo interno, para conocer nuestra isla. Me enseñó a comprometerme con lo que hago, con las organizaciones a las que pertenezco, a asumir cada cosa con pasión y entrega.

De él aprendí la integridad, la honestidad y la importancia de vivir con coherencia.

Pero en 2019 todo cambió.
Mi primer papá sufrió varios infartos cerebrales muy fuertes y tuvo que retirarse.
Y entonces apareció mi segundo papá.

Aceptar a mi segundo papá me costó. Me costó conocerlo, entenderlo, aceptarlo… porque lo comparaba todo el tiempo con el primero. Yo quería que “mi papá volviera”, que fuera como siempre fue.

Hoy, seis años más tarde, puedo decir que estoy agradecida de haberlo conocido.
Mi segundo papá no siempre está presente, porque su mente a veces le juega en contra, pero cuando está, me abraza fuerte, como si no quisiera que me fuera nunca.

Hace un esfuerzo extraordinario por insertarse en las conversaciones y, cuando su mente está más clara, me pregunta cómo estoy, cómo está mi pareja, mi familia, mis proyectos.
Camina, aunque se supone que no pueda hacerlo.
Y no deja de sorprenderme.

Cuando está con personas que formaron parte de etapas más tempranas de su vida, se ilumina, se despierta, se lo disfruta.

Aunque me costó aceptar a mi segundo papá, hoy puedo decir que estoy agradecida de haber tenido dos.
Y quiero seguir conociendo a este, por el tiempo que le quede conmigo.

Hoy me toca estar para mi segundo papá,
tanto como mi primer papá estuvo conmigo. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *