Cada 12 de agosto, el Día de la Juventud nos recuerda que el liderazgo no tiene edad, pero sí actitud. Naciones Unidas lo instauró para visibilizar los retos y oportunidades que enfrenta la juventud, pero también para recordarnos a todos —sin importar la generación— que el presente y el futuro se construyen juntos.
Y es que hoy, más que nunca, el liderazgo se entiende como la capacidad de inspirar, conectar y transformar… sin importar tu año de nacimiento.
¡La juventud lidera hoy!
No es un cliché decir que la juventud es líder del presente. Redes globales como Global Shapers del Foro Económico Mundial agrupan a personas de 20 y 30 años que, desde más de 150 países, diseñan soluciones para problemas como el cambio climático, la desigualdad o la polarización social.
Según un estudio de Deloitte (2024), el 44% de líderes jóvenes cree que su rol más importante es “crear impacto social positivo antes que obtener reconocimiento personal”. Este enfoque, más colaborativo que jerárquico, está transformando la manera de trabajar en empresas, gobiernos y ONG.
Como persona que lidera, he visto cómo cuando damos voz real a la juventud, no solo obtenemos ideas frescas: se activan soluciones que de otro modo tardarían años en aparecer. La clave está en abrir espacio, no en “dar permiso”.
La fuerza del liderazgo generacional
Liderar un equipo con personas de distintas generaciones no siempre es cómodo… pero siempre es enriquecedor.
- La gente joven puede aportar energía, dominio digital, nuevas ideas, perspectivas sociales y mentalidad de cambio.
- La gente más experimentada puede aportar contexto, madurez, experiencia, paciencia y visión estratégica.
Puedo resumirlo así: El personal joven nos reta a salirnos de lo usual y conocido. El personal veterano nos ayuda a caminar con paso firme hacia el futuro.
A menudo asociamos ciertas actitudes con “ser joven” o “ser veterano”, pero la realidad es que la edad no determina conductas ni mentalidades. Como líderes, nuestro papel es escuchar, más allá de la fecha de nacimiento de cada persona.
3 acciones para potenciar el liderazgo en el Día de la Juventud
- Mentoría bidireccional
Que la juventud aprenda de la experiencia de las personas senior y viceversa. Rompamos estereotipos. Aceleremos el aprendizaje. - Proyectos de impacto liderados por jóvenes
No solo invitarles a opinar, sino entregarles el volante en iniciativas concretas con metas y recursos claros. - Celebrar logros colectivos
Reconocer públicamente los aportes, no solo individuales, sino los que surgen del trabajo intergeneracional.
El Día de la Juventud no es una fecha para que la juventud escuche discursos, es una fecha para que las organizaciones, comunidades y equipos escuchen a la juventud… y actúen junto a ella.
Porque el liderazgo más poderoso no es el que se ejerce desde una sola voz, sino el que se construye en sinergia, como un coro donde cada generación aporta su timbre, tono, volumen y melodía.
Yo comencé a liderar desde muy joven —niña, en realidad— y si no hubiera tenido líderes que me escucharon, me dieron espacio igual que a cualquier adulto, y me ofrecieron mentoría, ¿dónde estaría hoy? Ese es el poder de creer en el liderazgo sin edad: abrir caminos para que todos podamos crecer y aportar.